Me encontraba apoyada en la pared, cuando sentí una respiración agitada en mi cuello,
y una mano apoyándose con cuidado en mi cintura, como si temiera que me rompiese...
Luego de uno segundos, decidí voltear lentamente; era ella.
Me tomó con la otra mano, y me besó muy dulcemente...
En realidad no sé cuánto tiempo fue, porque se me hizo infinito.
Pero luego, desperté. Ese momento tan perfecto, no había sido más que un sueño.
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