Solía acariciarle la cabeza a tu presencia,
invisible;
mientras de mis ojos colgaba el dolor,
la rabia por lo difícilmente posible.
Recuerdo cuando al imaginarme tu sonrisa,
latía muy fuerte mi corazón.
Recuerdo aún mas, esa noche que pensé:
Qué tan mío puede ser algo que no está
a mi alcance? Aún no lo sé.
Esa misma noche,
dijiste que no aguantabas más, & que creías,
sería mejor estemos separadas.
Para mí nunca fue fácil, lo sabes.
& jamás me di por vencida. Hasta esa noche.
Ahí sí, se me fue el mundo de las manos.
No lo dije. Creí que si no estabas bien,
no te lo iba a hacer peor, & con la cabeza baja lo acepté.
Tal vez, si lo decía me dabas otra oportunidad,
de ser mejor sólo por tí. Pero ya es tarde -.
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