19 ene 2010


El Diablo ha sido
atacado por los hombres de Dios sin reservas ni
miramientos. Nunca ha habido una oportunidad,
hablando ficticiamente, para que el Príncipe Oscuro
hable de la misma manera que los voceros del Señor
del Bien. Los agitadores del pasado han gozado de
libertad para definir el "bien" y el "mal" a su
acomodo, y han relegado alegremente al olvido a
cualquiera que no estuvise de acuerdo con sus
mentiras -verbalmente y a veces, físicamente. Su
decir de caridad, a los ojos de Su Infernal Majestad,
no es más que una farsa vacía --y bastante injusta,
teniendo en cuenta el hecho obvio que si no fuese por su adversario Satánico, sus religiones se colapsarían.
Resulta triste, que el personaje alegórico que es el
mayor responsable del éxito de las religiones
espirituales, sea tratado con el mínimo de compasión
y el abuso más consistente -y por quienes más
untuosamente predican las reglas del juego limpio!


ASL-
"¡SOY UN SATANISTA, INCLINAOS, PORQUE SOY LA
PERSONIFICACIÓN MAS ALTA DE LA VIDA HUMANA!"



ASL.