El erotismo es una parte esencial de las vampiresas.
Si bien se caracterizan por su peculiar alimentación a base de sangre humana,
Las leyendas hablan del salvajismo y brutalidad con que acechan a sus presas,
pero es conocido por pocos el verdadero modo de ataque;
Son expertas en el arma de la seducción.
Una vez que eligen su víctima, comienzan a entrar en contacto con ella,
hasta que se vuelven irresistiblemente perfectas a sus ojos.
Comienza un juego de seducción y erotismo, en el que las vampiresas siempre ganan,
logrando así, alimentarse con su verdadera fuente de energía;
La energía sexual que emiten sus presas desde el primer momento de entrar en contacto con ellas, y durante todo el acto sexual
En ningún momento hay sometimiento de ninguna clase por parte de las vampiresas,
es la misma víctima, quien que no se resiste al encanto, y se entrega.
Las mujeres que han servido de alimento para las vampiresas no mueren,
ni se transforman en unas,
si no que se convierten en lesbianas, y contarán con su protección.
Todo esto, si nos referimos al conocido lesbianismo vampírico,
debido a que en las contadas oportunidades en que las víctimas son hombres,
no hay ningún juego de seducción de por medio, si no que suelen ser
atacados por perseguir o perjudicar a sus protegidas.
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